viernes, 15 de enero de 2021

Turismo en tiempos de pandemia

Nunca podremos olvidar el año 2020, el año de la pandemia por Coronavirus. Y aunque es cierto que este maldito virus ha afectado a todos los sectores tanto económicos como sociales, uno de los más perjudicados ha sido el turismo y la hostelería. En zonas turísticas como Canarias o Baleares han visto como su planta alojativa ha pasado de estar al 80% de ocupación en el año 2019, a tener menos del 20% en 2020 y bajando.

Aunque se esperan millones de euros en perdidas y miles de despidos en los próximos meses, los ERTEs han permitido que miles de trabajadores de estos sectores y de otros puedan seguir cobrando sus salarios y cotizando a hacienda.

En Canarias por ejemplo, la gran mayoría de hoteles e incluso algunos apartamentos han preferido cerrar las puertas para reducir gastos. Otros en cambio, han cedido sus alojamientos al estado para que puedan alojar inmigrantes, ya que además de la pandemia, Canarias ha tenido que soportar una avalancha de inmigrantes, seguramente por culpa del Covid, que también ha azotado a otros países que dependen del turismo como puede ser Marruecos y trabajadores que vivían de este sector no les ha quedado más remedio que subirse a una patera para intentar buscar un futuro mejor.

Los empresarios turísticos intentaron salvar el verano sin éxito cuando la pandemia comenzó en marzo, luego intentaron salvar el invierno, sobre todo en Canarias que es temporada alta, también sin éxito, y ahora confían plenamente en la vacuna (bueno, ellos y todos) para dejar atrás esta pesadilla y volver a recuperar la normalidad que teníamos antes, o al menos una nueva normalidad que nos permita vivir, disfrutar de vacaciones, abrazar y queremos como hacíamos en 2019.

domingo, 13 de noviembre de 2016

Turismo de borrachera

No sé si este concepto existe como tal, pero si no es así deberían inventarlo.
Cada vez son más las personas que viajan con la única intención de beber alcohol. Cuando en tu país de origen no está permitido, los precios no ayudan, o el frío es tanto que no apetece, te ves obligado a salir del lugar.
Cuando llegan al destino, se desmadran. Los hay que ya en el avión van bebiendo, y claro, al llegar a tierra el alcohol sube de tal manera que salen del aeropuerto borrachos como cubas, y muchos de ellos mantienen ese estado hasta que vuelven a casa.



En España beber es muy fácil, y muy barato, al menos en comparación con los precios de países como Finlandia, por ejemplo. Los escandinavos en general suelen ser los que más practican este tipo de turismo.
No me refiero a la cantidad de jóvenes que veranean en Málaga, Salou, Gandía. que vienen buscando emborracharse y follar y la arman en locales y en la calle, dejando todo sucio y destrozado. Yo hablo de personas entre 50 y 70 años, o sea, mujeres maduras y señores mayores que disfrutan de su copa sin armarla, bebiendo tranquilos, pero sin poner fin a los vasos que se meten en el cuerpo, que acaban tan borrachos que es muy fácil robarles, estafarles e incluso pegarles en alguna ocasión. Que no consiguen abrir una puerta o se caen a cada paso que intentan dar. Estos que permanecen así durante 7 días seguidos y que luego, no vuelven a probar una gota de alcohol hasta el próximo año. Los que dejan a sus mujeres en casa y viajan solos para disfrutar de sus viajes bebiendo, follando con jovencitas gratis y hasta viendo páginas tube de contenido exclusivo para adultos, ya que en casa lo tienen prohibido. O las mujeres que son iguales que sus maridos, o incluso peores.

Trabajo en una recepción de un pequeño complejo turístico, y las anécdotas de este tipo dan para escribir varios libros. ¿Es malo este tipo de turismo? No lo creo, al menos no para los que vivimos del sector, sus estómagos y carteras probablemente no piensen como yo. Los supermercados y los bares venden más que nunca, las propinas a veces son buenas porque ni saben lo que te están dando, las putas se ponen las botas, durante el día duermen para pasar la borrachera y prepararse para la próxima de la noche y encima, en mi posición, te echas unas risas.

He visto clientes que han gastado hasta 400€ en una noche de bares, y aunque no os parezca mucho, la gente que viene aquí es humilde, es muchísimo! Luego se quejan, dicen que les han robado, o cualquier cosa que se les ocurra para no admitir que ese dinero se ha ido a la basura en forma de vómito, seguramente.

Al final del día, lo que cuenta es que cada uno hace lo que quiere y no hay que juzgar a nadie por como pasa sus vacaciones. Los hay a los que nos gusta tirarnos a tomar el sol cual lagarto, y otros que prefieren no poder levantarse de un sillón a las doce del mediodía porque ha estado desayunando ron desde las 8 de la mañana. ¿Quién soy yo para decir si está bien o mal! Bebe, folla, duerme,... Son tus vacaciones y debes disfrutarlas como te plazca.

Turismo en tiempos de pandemia

Nunca podremos olvidar el año 2020, el año de la pandemia por Coronavirus. Y aunque es cierto que este maldito virus ha afectado a todos los...